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▶ La Segunda Carta de Derechos de Franklin Delano Roosevelt



...una segunda Carta de Derechos bajo la cual se puede establecer una nueva base de seguridad y prosperidad para todos, independientemente de la posición social, la raza o las creencias...

Extracto de la alocución radial del 11 de enero de 1944 realizada por el Presidente de los Estados Unidos de América Franklin Delano Roosevelt con motivo del Mensaje al Congreso sobre el Estado de la Unión, la vigésimo octava de las treinta y una que pronunció entre el 12 de marzo de 1933 y el 12 de junio de 1944, a las que se denominó fireside chats, o conversaciones al calor del hogar.

Debido a su mal estado de salud, el presidente Roosevelt no pudo acudir al Capitolio a pronunciar este discurso por ello lo hizo vía radial desde la Casa Blanca. Al culminar, llamó a los periodistas y camarógrafos para que difundieran a todo el pueblo norteamericano la presente parte de su discurso relativa a una Segunda Declaración de Derechos, que mencionó podría ser agregada a la Constitución estadounidense como una enmienda. No pudo ver el término de la guerra porque murió el 12 de abril de 1945 a solo tres semanas de la derrota total alemana, cuando ejercía el primer año de su cuarto periodo como presidente de los Estados Unidos.
 
 
Franklin Delano Roosevelt


La segunda “Carta de Derechos”(1)

Franklin Delano Roosevelt

Ahora tenemos el deber de trazar los planes y de definir la estrategia para hacer más que ganar la guerra. Es hora de comenzar a planificar y determinar la estrategia para lograr una paz duradera y establecer un nivel de vida americano superior a cualquiera que hayamos conocido.

Esta República tuvo sus inicios, y llegó a su actual poderío, bajo la protección de ciertos derechos políticos inalienables, entre ellos el derecho a la libre expresión, a la libertad de prensa, a la libertad de cultos, al juicio mediante jurados, a la inmunidad contra registros o incautaciones sin causa razonable. Eran nuestros derechos a la vida y a la libertad.

Hemos llegado, sin embargo, a una comprensión más clara de que la verdadera libertad individual no puede existir sin seguridad e independencia económicas. Los hombres necesitados no son libres. Las personas que tienen hambre, las personas que no tienen trabajo, son la materia prima de la que están hechas las dictaduras.

Hoy en día, estas verdades económicas han llegado a ser aceptadas como algo evidente. Aceptamos, por así decirlo, una segunda Carta de Derechos bajo la cual se puede establecer una nueva base de seguridad y prosperidad para todos, independientemente de la posición social, la raza o las creencias. Entre ellos:

el derecho a un trabajo útil y remunerado en las industrias, comercios, granjas o minas de la nación;

el derecho a ganar lo suficiente para disponer de comida, ropa y recreación adecuadas;

el derecho de los agricultores a cultivar y vender sus productos con un rendimiento que les proporcione a ellos y a sus familias una vida decente;

el derecho de todo hombre de negocios, grande o pequeño, a comerciar en un ambiente libre de competencia desleal y dominación de los monopolios nacionales y extranjeros;

el derecho de toda familia a una vivienda digna;

el derecho a asistencia médica adecuada y a la oportunidad de lograr y gozar de buena salud;

el derecho a una vejez sin penurias, con protecciones ante la enfermedad, los accidentes y el desempleo;

y, finalmente, el derecho a una buena educación.

Todos estos derechos significan seguridad. Y después de que ganemos esta guerra, debemos estar preparados para avanzar, con la implementación de estos derechos, hacia nuevas metas de felicidad y bienestar humanos. 

El lugar legítimo de América en el mundo depende en gran parte de cuán plenamente pongamos en práctica estos derechos y otros similares para todos nuestros conciudadanos. Porque si no hay seguridad aquí, en nuestro país, no puede haber una paz duradera en el mundo.

Uno de los grandes industriales estadounidenses de nuestra época —un hombre que ha prestado grandes servicios a su país en esta crisis— hace poco subrayó los graves peligros de una “reacción derechista” en esta nación. Todos los hombres de negocios que piensan con claridad comparten esa preocupación. Si se produjera esa reacción —si la historia se repitiera y volviéramos a la “normalidad” de los años veinte— es seguro que, aunque derrotáramos a nuestros enemigos en los campos de batalla del extranjero, sucumbiríamos al espíritu del fascismo en nuestro país.

A continuación agregamos un extracto del Documental de Michael Moore en la cual se observa el momento del discurso del presidente Franklin en el cual habla sobre esta Segunda Declaración de Derechos así denominada por él, en alusión a que sería la segunda después de la primera de 1791.






Notas:

(1) La Primera Carta de Derechos de los Estados Unidos es el nombre colectivo que se le otorgan a las primeras diez enmiendas de la Constitución de los Estados Unidos aprobadas el 15 de diciembre de 1791.

(2) El extracto de video corresponde al Documental denominado "Capitalism: A Love Story" de Michael Moore.

(3) Franklin Delano Roosevelt, también conocido como Franklin Roosevelt o por sus iniciales FDR, fue un político y abogado estadounidense que ejerció como 32.º presidente de Estados Unidos desde 1933 hasta su muerte en 1945